Consideraciones Generales:
En los últimos años ha cambiado
mucho el modo en que se enseña y se practica el TaeKwon-Do, y con ello la
importancia que se le reconoce a las posturas. Hoy día muchos instructores han
dejado totalmente de lado las posturas para enfocarse en la rapidez y velocidad
que exige el combate deportivo. Otros les reconocen importancia, pues son
necesarias para triunfar en el “triángulo” que forman combate-formas-rotura del
TaeKwon-Do ITF actual.
Antes el TKD era visto como un
círculo (así decía el Gral. Choi, que en rigor aludía a un pentágono conformado
por I- movimientos fundamentales, II- acondicionamiento físico, III- formas-
IV- combate, y V- defensa personal).
El combate real exige la pegada
de las roturas, la precisión de las formas, y la velocidad del combate (y algo
más). Los practicantes deben desarrollar la capacidad de ejecutar sucesivamente
a alta velocidad técnicas cambiando de postura y dirección, con foco adecuado y
máxima potencia. Ese es un entrenamiento cada día más difícil de encontrar, que
se da mediante la repetición de combinaciones rápidas bien armadas (por alguien
que conozca “de adentro” lo que está enseñando).
Ese modo de practicar tiene un
objetivo distinto al efecto estético al que apuntan las formas para ganar
trofeos. No es casual que el General Choi haya considerado que los movimientos
fundamentales son algo separado de las formas. Esta idea de utilidad práctica
en combate es la esencia del TaeKwon-Do tradicional, donde todos los elementos
se armonizan en un círculo ideal en el que ninguno sobresale, en vez del
triángulo que actualmente se impone, resistente pero limitado.
Las posturas en TaeKwon-Do no son
posiciones para ser adoptadas en pelea ni imitan a movimientos o actitudes de
animales (a pesar de que algunas escuelas usan nombres como posición de felino,
de tigre o de grulla). Son disposiciones físicas ideales que marcan el instante
en que una técnica de golpe o bloqueo alcanza su momento de plenitud sin las
restricciones que puedan existir cuando se las quiere aplicar.
Esto quiere decir que
difícilmente puedan verse durante un combate en clase o torneo. Las posturas
son herramientas para maximizar el poder de golpe en determinadas situaciones
de combate real. Imagínese el lector en una parada de colectivo ante un
asaltante que lo amenaza diciendo que lo acompañe mientras lleva su mano a la
cintura, probablemente para sacar su arma. No hay “posición de lucha” ni nada,
hay que definir la situación con un golpe súbito, de cero a cien en una
fracción de segundo, con la precisión y frialdad de un cirujano. La rotación de
la cadera, orientación de los pies y torso, y el juego de las rodillas
permitirán la máxima utilización de la masa corporal y de la inercia, mientras
la relajación de los músculos del torso y aceleración de las manos completarán
los requisitos para que, alineado correctamente el cuerpo y miembros, se logre
un impacto óptimo. En niveles más avanzados, las mismas posturas se emplean de
modo más fluido (diríamos “líquido”, por oposición al golpe “seco”) para
empujar, jalar y desviar (en suma, desequilibrar) con conciencia del
peso/equilibrio propio y del rival. Para eso sirven las posturas en TaeKwon-Do.
Hace algunas décadas en
TaeKwon-Do se discutía la conveniencia de posturas más cortas o más largas en
las formas. La propia serie Taeguk (diseñada para cinturones de color en WTF a
comienzos de los años ‘70) inauguró el uso de una postura frontal muy corta que
tendía a reemplazar la más larga postura tradicional. Entonces se aludió al
carácter más natural de las posturas altas, cercanas a la defensa personal. Al
considerar el punto debe asumirse un dato fundamental: posiciones cortas y
altas implican mayor cercanía con el oponente, y mayor riesgo. Por ello los
practicantes de estilos de posturas cortas y altas (como las versiones del
Karate de Naha o Tomari) o aún el Wing Chun chino, dedican gran cantidad de
tiempo a desarrollar coordinación de bloqueos y golpes perfeccionando el ángulo
de codos, antebrazos, ritmo, etcétera. Los estilos que proponen posturas largas
(Shotokan, Tang Su Do e históricamente el TaeKwon-Do) conciben a la postura,
según ya hemos dicho, como “disposiciones físicas ideales que marcan el
instante en que una técnica de golpe o bloqueo alcanza su momento de plenitud”.
El lector debe pensar en cuál es
la postura ideal para ejercer fuerza hacia delante (por ejemplo, cuando empuja
un automóvil). La obvia respuesta es que su cuerpo adoptará una forma
horizontal para orientar los segmentos corporales en ese sentido.
Es lo mismo que hace un velocista
cuando se prepara para lanzarse a la carrera: se empuja contra el suelo con el
metatarso trasero. Adviértase que los distintos tipos de trabajo (vencer una
resistencia pesada en el primer caso, explotar hacia delante en el segundo)
merecen similar tratamiento biomecánico. Posturas más largas aumentan el poder
de golpe por mayor traslación de la masa corporal, además de aumentar la
distancia que permitirá al puño alcanzar mayor aceleración, aprovechando el
principio enunciado por la segunda ley de Newton (“Fuerza es igual a masa por
aceleración”). Una postura excesivamente erguida no sirve si lo que se busca es
maximizar el poder del golpe. Esa es la opción en el sistema de TaeKwon-Do
desde sus inicios (verificable en líneas tradicionalmente enfrentadas como Mu
Duk Kwan y Chung Do Kwan / Oh Do Kwan de los años ’50 y ‘60), y a esta altura
las posturas cortas -que en algún momento pretendieron ser insertadas en el
TaeKwon-Do “por decreto”- han demostrado ser mayormente una experiencia
frustrada, por no ser coherentes con el resto de los elementos del sistema.
En TaeKwon-Do existe el principio
de verticalidad, que dicta que la cabeza debe ubicarse sobre el centro de
gravedad (aprox. tres dedos más abajo y más profundo que el ombligo), de modo
tal que aquella esté siembre encolumnada verticalmente sobre la cadera, entre
ambos pies.
En TaeKwon-Do existen
aproximadamente veinte posturas formales (en esto no hay diferencias relevantes
entre WTF e ITF), aunque sólo unas pocas son empleadas con frecuencia en la
práctica. Seguidamente mencionamos e ilustramos las posturas más importantes:
La fuerza y la fineza de las
técnicas de ataque o defensa dependen en gran medida de una “buena posición”,
por ser la posición, el punto inicial de cada movimiento del Taekwon-Do. Esto
contribuye a la estabilidad, la agilidad, el equilibrio y la flexibilidad.
Los principios fundamentales para
una postura básica correcta son:_
1- Conservar la espalda recta, salvo en
determinados casos._
2- Relajar los hombros.
3- Tensar el abdomen.
4- Mantener un efrentamiento correcto con
relación al adversario.
5- Mantener el equilibrio.
6- Utilizar la flexión de las rodillas
apropiadamente.